Pues para que no demores más en obtener una repuesta, vamos a revisar esta anécdota:
Cierta vez se hallaba un misionero en una calle de una ciudad africana con un Nuevo Testamento en la mano. Un africano se le acercó y le preguntó si le podía dar aquel librito. El misionero estaba dispuesto a hacerlo, pero quiso saber por qué lo quería. "Porque sus páginas tienen la medida perfecta para liar cigarrillos" confesó el hombre. Impresionado por la honestidad del hombre, el misionero decidió plantearle un desafío: "Le daré el libro si me promete leer cada página antes de usarla para liar un cigarrillo". El africano aceptó el reto y recibió el Nuevo Testamento.
Quince años más tarde el misionero fue a unos cultos de evangelización donde iba a predicar un evangelista negro.
Cuando el evangelista vio al misionero, se le acercó, y le preguntó: “¿No se acuerda usted de mí?". "No", respondió el misionero, "¿Nos hemos visto antes?". "Sí, hace quince años usted me dio un Nuevo Testamento y me hizo prometer que leería cada una de sus páginas antes de usarlas para liar cigarrillos. Me llevó desde el evangelio de Mateo hasta Juan capítulo 13 antes de dejar de fumarme la Palabra y empezar a predicarla. Aquél Nuevo Testamento es la razón por la que estoy predicando aquí esta noche."
Precisamente la grandeza de la Biblia radica en que produce una transformación en aquellos hombres que deciden vivir bajo los consejos sabios de su contenido. Esto es posible porque su contenido es la Palabra de Dios revelada que tiene como fin preparar al hombre de Dios para que sea perfecto y enteramente preparado para toda buena obra.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente reparado para toda buena obra (2 TIMOTEO 3:16-17)”.
La policía nacional con su programa “barrio seguro”, los esfuerzos de alcohólicos anónimos y hogares crea, entre otros, no han sido suficientes como tratamientos de regeneración del hombre desajustado socialmente ¿Por qué? Porque son esfuerzos de hombres imperfectos, sin embargo, la Biblia es un plan divino infalible.
Habrás notado que esta transformación solo es posible en aquel que quiere dejar que Dios trabaje en su vida, de ahí la frase “hombre de Dios”. Este africano tenía un interés que se vinculaba con el aceptar leer una página de la Biblia antes de satisfacer con ella su deseo; al no rehusar su lectura hizo que se cumpliera en su vida el siguiente verso:
“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié (ISAIAS 55:10-11).”
Querido lector, la Biblia es la palabra profética más segura y no es de interpretación privada, tú, al igual que aquel africano puedes ser transformado por sus páginas, empieza a leerla, interioriza sus enseñanzas, ponla en práctica, y hallarás descanso para tu alma.
“Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca (APOCALIPSIS 1:3).”
Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.