jueves, 24 de junio de 2010

Lo que Puede Hacer la Palabra de Dios

¿Te has preguntado qué puede hacer la Biblia en la vida de un hombre?

Pues para que no demores más en obtener una repuesta, vamos a revisar esta anécdota:

Cierta vez se hallaba un misionero en una calle de una ciudad africana con un Nuevo Testamento en la mano. Un africano se le acercó y le preguntó si le podía dar aquel librito. El misionero estaba dispuesto a hacerlo, pero quiso saber por qué lo quería. "Porque sus páginas tienen la medida perfecta para liar cigarrillos" confesó el hombre. Impresionado por la honestidad del hombre, el misionero decidió plantearle un desafío: "Le daré el libro si me promete leer cada página antes de usarla para liar un cigarrillo". El africano aceptó el reto y recibió el Nuevo Testamento.

Quince años más tarde el misionero fue a unos cultos de evangelización donde iba a predicar un evangelista negro.

Cuando el evangelista vio al misionero, se le acercó, y le preguntó: “¿No se acuerda usted de mí?". "No", respondió el misionero, "¿Nos hemos visto antes?". "Sí, hace quince años usted me dio un Nuevo Testamento y me hizo prometer que leería cada una de sus páginas antes de usarlas para liar cigarrillos. Me llevó desde el evangelio de Mateo hasta Juan capítulo 13 antes de dejar de fumarme la Palabra y empezar a predicarla. Aquél Nuevo Testamento es la razón por la que estoy predicando aquí esta noche."

Precisamente la grandeza de la Biblia radica en que produce una transformación en aquellos hombres que deciden vivir bajo los consejos sabios de su contenido. Esto es posible porque su contenido es la Palabra de Dios revelada que tiene como fin preparar al hombre de Dios para que sea perfecto y enteramente preparado para toda buena obra.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente reparado para toda buena obra (2 TIMOTEO 3:16-17)”.

La policía nacional con su programa “barrio seguro”, los esfuerzos de alcohólicos anónimos y hogares crea, entre otros, no han sido suficientes como tratamientos de regeneración del hombre desajustado socialmente ¿Por qué? Porque son esfuerzos de hombres imperfectos, sin embargo, la Biblia es un plan divino infalible.

Habrás notado que esta transformación solo es posible en aquel que quiere dejar que Dios trabaje en su vida, de ahí la frase “hombre de Dios”. Este africano tenía un interés que se vinculaba con el aceptar leer una página de la Biblia antes de satisfacer con ella su deseo; al no rehusar su lectura hizo que se cumpliera en su vida el siguiente verso:

“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié (ISAIAS 55:10-11).”

Querido lector, la Biblia es la palabra profética más segura y no es de interpretación privada, tú, al igual que aquel africano puedes ser transformado por sus páginas, empieza a leerla, interioriza sus enseñanzas, ponla en práctica, y hallarás descanso para tu alma.

“Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca (APOCALIPSIS 1:3).”

Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.

jueves, 10 de junio de 2010

El Rey te manda a Llamar

Dios se interesa por todos los hombres, de tal manera, que en la Biblia encontramos ciertos relatos que nos ayudan a entender cómo se manifiesta su amor por la humanidad. En esta ocasión quiero que te detengas por un momento y aprecies como se manifiesta la misericordia de un rey hacia uno de sus súbditos:

“Y dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien yo haga misericordia por amor de Jonatán? (2 SAMUEL 9:1)”.

David tenía un amigo llamado Jonatán, el cual era hijo del malvado y perverso rey Saúl. Estos muchachos habían jurados en vida que si uno moría primero que el otro, sin importar la causa, el que quedara con vida haría misericordia con la casa del que había muerto.

Cuenta la Biblia que David, ya siendo rey, y muerto Jonatán, hace memoria de aquel trato y procura beneficiar a algún descendiente de Saúl. Aparece el afortunado cuyo nombre era Mefi-boset, que significa “sembrador de vergüenza”, hijo de Jonatán y lisiado de los pies.

Ser nieto de un ex rey no le servía de nada, porque todas las pertenencias de Saúl habían sido saqueadas por manos enemigas y todos los hijos de Saúl que podían heredar el trono, habían muerto; por lo tanto estaba desamparado, y para colmo de males, imposibilitado de sus pies.

Su nombre hacia honor a su condición, había habitado en el palacio del rey, y luego de los problemas políticos entre los filisteos y su abuelo, tuvo que huir y habitar en un lugar llamado lodebar “tierra sin pastizales, desierta”, muy lejos de donde quedaba el palacio del rey en Gabaa de Benjamín.

Mefi-boset era alguien en el pasado, sin embargo, en el presente él mismo se consideraba “un perro muerto”, y qué decir de su futuro incierto. Pero hubo uno que se acordó de él, el rey, quien lo mandó a llamar. El necesitado, consciente de su situación, no rehusó, se presentó ante David haciendo reverencia ante el rey y respondiendo: He aquí tu siervo.

Luego de presentarse ante el rey, la condición de este muchacho cambió por entero, ahora se sentaría y comería en la mesa del rey como uno de sus hijos, y todas las tierras de Saúl su padre (en sentido de descendencia) les fueron restituidas y les fueron entregados siervos para que se la labrasen.

Nuestra condición no es distinta a la de Mefi-boset y es vergonzosa delante del rey de reyes, el pecado nos ha imposibilitado los pies para acercarnos a Dios, pero de la misma manera que David mandó a llamar a Mefi-boset, el gran rey, Jesús, extiende su cetro y te dice “ven”. No hay por qué temer, preséntate con diligencia ante el rey, él te manda a llamar. El quiere beneficiarte con la salvación de tu alma.

“Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan (PROVERBIOS 8:17)”.

Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sean contigo hoy y siempre.