lunes, 18 de julio de 2011

El mundo va tal cual está escrito de el

Vivimos en un mundo convulsivo y erosionante. No estoy hablando de terremotos, maremotos, volcanes, o epidemias contaminantes; estoy hablando de un mundo donde cada quien busca no el bien común, sino su propio bien. En la última década y hasta nuestros días hemos sido testigos del descontento de algunas naciones como Argentina, Méjico, Egipto, Grecia, España. Todos se quejan de que son desatendidos por las autoridades, puestas no para servirse a sí mismas, sino para servir al pueblo.

El dialogo ni la paciencia han dado resultados, y las consecuencias se han dejado sentir: revueltas en las calles en forma de protestas, desórdenes sociales y muertes a granel. Las protestas se levantan contra el espíritu egoísta y de bestia de los que están puestos en eminencia y que no quieren de manera justa equiparar en igualdad para todos.

La historia ha demostrado que las crisis políticas son la triste consecuencia de la corrupción de los gobiernos o las medidas impositivas abusivas en contra de los gobernados. Tristemente, todavía tenemos que depender de los gobiernos.

I) El hombre no podrá hacerlo mejor, sino peor

En otros tiempos fueron Alejandro, Napoleón, Hittler, Stalin, Mussolini, Perón, Pinochet, Somoza, Trujillo. En nuestros días tenemos hombres con el espíritu de esos antecesores de los cuales muchos han tomado sus filosofías disfrazándolas para gobernar a su antojo. El cielo nublado es señal de lluvia, así, y a la luz de la Biblia, puedo saber que el hombre seguirá manteniendo esta conducta, que el hombre no podrá hacerlo mejor, sino peor, que la solución del rumbo del mundo está en las manos de Dios a través de su Hijo Jesús; el mundo va tal cual se ha dicho de él:

Esta lista que se encuentra en (2 TIMOTEO 3:1-5) nos deja ver claramente el carácter del hombre en nuestros días, que se va degradando con el devenir de los tiempos:
  • Egoistas (amadores de sí mismos).
  • Avaros (interesados solamante en ganar mas y mas dinero).
  • Orgullosos (se creen más importantes que los demás).
  • Soberbios (desechan la opinión ajena y andan conforme a sus criterios).
  • Desobedientes a sus padres.
  • Ingratos (malagradecidos).
  • Impíos (sin piedad).
  • Sin afecto natural (incapaces de amar, de actuar a favor del otro).
  • Implacables (crueles y llenos de odio).
  • Intemperantes (violentos e incapaces de dominar sus deseos).
  • Amadores de los deleites más que de Dios.
  • Tendrán apariencia de piedad, pero sus hechos negarán la eficacia de ella.
Todos quieren candidatearse, muestran su mejor cara en los carteles publicatarios, pero ¿cree usted que es para servir o para servirse?, ¿cuántos cree usted que estarían dispuestos a tomar el lebrillo, ponerse la toalla en la cintura y lavarle los pies a las masas (haciendo aquello para los cuales fueron elegidos)? Sin embargo, creemos en sus engaños; y en las promesas de Jesús, aquel que si dejó ejemplo, no creemos ni esperamos en su gobierno justo.

Este comportamiento abusivo y despiadado de los gobernantes está en la Biblia, cuando Israel pidió rey esta fue la advertencia que les hizo Jehová, quien hasta ese entonces los había gobernado. Por medio del profeta Samuel les dice:

Así que hazles caso, pero adviérteles claramente del poder que el rey va a ejercer sobre ellos. (1 SAMUEL 8:9-17).

Les explicó: Esto es lo que hará el rey que va a ejercer el poder sobre ustedes: 
  • Les quitará a sus hijos y los hará comandantes y capitanes, y los pondrá a labrar y a cosechar, y a fabricar armamentos y pertrechos.
  • Les quitará a sus hijas para emplearlas como perfumistas, cocineras y panaderas
  • Se apoderará de sus mejores campos, viñedos y olivares, y se los dará a sus ministros.
  • Les exigirá una décima parte de sus cosechas y vendimias para entregársela a sus funcionarios y ministros.
  • Les quitará sus criados y criadas, y sus mejores bueyes y asnos, de manera que trabajen para él.
  • Les exigirá una décima parte de sus rebaños, y ustedes mismos le servirán como esclavos.
Esto es un presente continuo, yo no me sorprendo de lo que pueda hacer gobierno alguno, Dios lo había vaticinado, el que tenga oído para oír que oiga.

II) El gobierno de Jesucristo

Sin embargo, mi candidato salió a escena como hombre y como hombre sirvió por tres años y medio dejando a todos satisfechos con actos de justicia y misericordia:

Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar. (MARCOS 7:37).

Pero esto solo fue un entremés de lo que es capaz de hacer por la humanidad, porque vuelve nuevamente, no como hombre, sino en naturaleza divina, no por tres años y medio, sino por toda una eternidad, y esta vez viene a acabar de una vez por toda con el pecado, que a su vez genera hombres perversos y egoístas, que a su vez generan injusticia.

Cristo reinará con la iglesia (aquellos que le sirven como su Señor y que creen y aguardan con fe sus promesas) por mil años (milenio, ahora más extendido) sobre la tierra, será un segundo ensayo de su reino eterno donde todos podrán disfrutar de verdadera justicia y paz universal. El gobierno de Cristo no se deberá a FMI (Fondo Monetario Internacional), no arrastrará tras si deuda externa, ni rendirá cuenta a potencia extranjera alguna, tampoco se deberá al clientelismo, elementos que desvirtúan la eficacia de los gobiernos. Su gobierno justo solo se debe al juez justo, misericordioso y compasivo, a su Padre celestial, por lo tanto reinará con justicia, equidad, y con vara de hierro para poner a raya a aquellos subversivos y rebeldes que quieran detener la justicia para saciar su egoísmo.

A Jesús no habrá que hacerle huelga o protesta alguna, porque antes de que clamen ya él habrá oído y respondido.

¿Crees en esto? ¿puedes esperar esto? Si crees verás la gloria de Dios.

III) ¿Mientras tanto qué hacemos?

Sigamos el ejemplo de Jesús, sabía que en la mano de su Padre está el rumbo del mundo, por eso no se inmutó con nada en sus treinta y tres años de vida, eso sí, nunca dejó de obrar con amor y justicia a su alrededor.

Jesús vivió entre injusticia, de hecho el juicio que se le hizo estuvo cargado de falsedad y engaño; vivió bajo el dominio del imperio romano y los gobernadores corruptos Herodes Antipas y Poncio Pilato, sin embargo, Jesús cumplió con todas las obligaciones de su tiempo, y nunca recomendó levantarse en protesta, esta frase lo confirma:

…Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (MATEO 22:15-21).

Jesús fue un servidor social digno de ser imitado y sus acciones iban de la mano con la voluntad de Dios, ganó credibilidad en los cielos y en la tierra. Usted y yo podemos prepararnos para que cuando nos llegue la oportunidad de servir lo hagamos en la misma dismensión llevando alegría en los cielos.

Esto es un llamado abierto a cumplir tanto nuestros compromisos terrenales como con Dios. La Biblia nos llama a respetar a las autoridades civiles y a orar para que Dios les cambie su manera de actuar. Dios es quien quita y pone reyes:

Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. (1 PEDRO 2:13-14).

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. (1 TIMOTEO 2:1-2).

El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. (DANIEL 2:21).

Este artículo no es un llamado a subversión ni a sublevación, si no una reflexión de que Cristo, en medio de hombres perversos lo hizo bien, no porque se rodeara de hombres buenos o capaces, si no porque dependía de Dios quien transforma el interior del hombre y nos mueve, ya no a pensar en nosotros mismos, si no en favor de los demás.

Tenemos que comprender que el hombre sin Dios es insensible de todo afecto e incapacaz de obrar con justicia. Nadie puede dar lo que no tiene, es necesario acudir a la fuente de amor y justicia que es Jehová.

Jesús conocía a los hombres y nunca dejó de confiar en su Padre, en hombre alguno no confió, más a su Padre y a su Dios siempre clamaba, dependía por completo de él:

Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. (JUAN 2:24-25).

¿Qué crees tú que hay en el interior de hombre sino engaño y maldad? ¿Hasta dónde quieres que te lleven para que te convenza? Vuélvete a tu creador el cual tendrá misericordia de ti, los que confían en Jehová no dependen de gobierno, a Jesús no le faltó nunca nada:

El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada. (JUAN 8:29).

¡Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre!

1 comentario:

  1. Solo cuando el hombre vuelva su corazon a Dios las cosas podrian cambiar, de lo contrario, no esperemos cambios positivos.

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