Generalmente llamamos necio a una persona que molesta, que insiste en mantener una conducta o comportamiento, un pensamiento o idea contrario a la razón común. Es un obstinado, está firme y nadie lo hace cambiar de parecer.
El silencio de Dios es una clara manisfestación de su amor y paciencia para toda la humanidad. Su aparente lentitud y desvinculación en los asuntos humanos es la prorroga para que todos puedan conocerlo en su bondad antes de que él se de a conocer como juez justo.
La necedad, que es como se le llama a la acción del necio, es falta de cordura, prudencia. Es no saber actuar en aras de evitar consecuencias trágicas, incluso a sabiendas.
El necio puede estar presente en todos los ámbitos de la vida, se observa en los hogares, en las empresas, en los centros de estudios, en los centros médicos, pero también en las iglesias. En su terquedad, y por experiencia propia, el necio no asimila el consejo, nada lo hará entrar en razón, por un momento pudiera aparentar estar prestando atención, pero esto es otro de sus recursos, a la larga desestimará la recomendación y dará rienda suelta a su rebeldía.
Cualidades del Necio
El necio irrita, enoja, desespera, empuja a tomar decisiones apresuradas; para tratar al necio hay que vestirse de paciencia, por eso Dios resiste al necio porque es rico en paciencia:
Salmos 145:8
El Señor es bueno y compasivo, no se enoja con facilidad y rebosa de fiel amor.
Otra cualidad del necio es que es desafiante. El hombre es necio por naturaleza, ha escogido e insistido vivir sin Dios, su camino de continuo es contrario a la ley de Dios, en su corazón ha puesto esta afirmación: No hay Dios.
Esta pronunciación a lo interno, más que una referencia al ateísmo, es un claro desafío hacia Dios, es probarlo, tentarlo o provocarlo para que actué conforme él se ha pronunciado, un Dios que castiga al pecador deliberado, que peca a sabiendas.
En su sabiduría terrenal, animal y diabólica, se olvida que Dios no cede a la presión ni es seducido por insinuación (no puede ser tentado):
Mateo 4:7
También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”, le contestó Jesús.
El necio niega o pone en duda que Dios intervenga activamente en los asuntos humanos. En lo más profundo de su ser lo considera ciego, sordo, ausente, tarado (con defecto mental, tonto, loco) a los acontecimientos sobre la tierra. La consecuencia inmediata de esta negación práctica de Dios es una conducta perversa.
La impiedad del hombre empieza en su no relación con Dios, al no hacerlo queda insensibilizado de todo amor, por eso arremete contra su prójimo no considerando a Dios ni considerándose a sí mismo. Recordamos el hermoso pasaje de Mateo 7:12 “Así que, traten a los demás como les gustaría que los traten a ustedes. Ese es el verdadero significado de la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas”.
Conclusiones del Necio acerca de Dios
Habla de manera desmedida y desestima el que Dios pueda escuchar sus palabras necias:
Salmos 59:7
A toda boca dicen barbaridades, de sus labios salen como espadas: "¡Escuche Dios, si puede!"
En su criterio Dios permanece escondido, es lento y no se sabe nada de él:
Isaías 5:19
Ellos dicen: «Que Dios se apure, que haga su obra rápido, para que veamos qué es lo que hace. Que el plan del Santo de Israel se cumpla pronto para que podamos conocerlo».
El éxito de su mal obrar es su confianza y la seguridad de su permanencia:
Salmos 10:6
Dice en su corazón: «No caeré jamás; nunca me alcanzará la desgracia».
Está completamente seguro que Dios no tiene memoria, y que es ciego:
Salmos 10:11
Dice en su corazón: «Dios lo olvida; cubre su rostro, nunca ve nada».
Pone en duda que Dios lleve a cabo su plan de Justicia y juicio sobre la humanidad:
Salmos 10:13
¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: «Tú no habrás de pedir cuentas».
Sin embargo, a pesar de todas sus conclusiones, Dios tiene la última palabra, popularmente hablando “el que ríe de último, ríe mejor”:
Salmos 59:8
Más tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones.
La repuesta de Dios para el Necio
La consecuencia de proferir esta palabra necia “No hay Dios” se deja saber al instante en la parte b del Salmos 14:1: "Están corrompidos, su obras son detestables; ¡no hay quien haga lo bueno!”. Este es el "tú me dices, yo te digo" entre el necio y Dios. Es como si el hombre necio emitiera su juicio acerca de Dios, y luego Dios le hace saber al necio el fruto de su “aparente” sabia conclusión.
Estar corrompido es como pensar en un refrigerador cerrado lleno de carne sin recibir energía eléctrica durante siete dias. Al abrirlo, el edor y la putrefacción es tan detestable y desagradable que mejor sería desacernos, no solo de la carne, sino también del refrigerador. Así es delante de Dios todo el que desestima su sabia recomendación de estar en paz con él.
Job, en sus calamidades y sufrimientos, trataba de buscar repuesta. Reconociéndose a sí mismo justo delante de Dios (y realmente lo era, la Biblia dice que era recto y de conducta intachable), era inconcebible para él estar atravesando por tantas dificultades. Pero la Biblia expresa que así como los cielos son más altos que la tierra, así son los pensamientos de Dios, más altos que los de los hombres; el tanto razonamiento humano de Job por entender su situación lo estaba llevando a caer en la categoría de necio, y esta es la repuesta de Dios para él y para todo hombre necio:
Job, en sus calamidades y sufrimientos, trataba de buscar repuesta. Reconociéndose a sí mismo justo delante de Dios (y realmente lo era, la Biblia dice que era recto y de conducta intachable), era inconcebible para él estar atravesando por tantas dificultades. Pero la Biblia expresa que así como los cielos son más altos que la tierra, así son los pensamientos de Dios, más altos que los de los hombres; el tanto razonamiento humano de Job por entender su situación lo estaba llevando a caer en la categoría de necio, y esta es la repuesta de Dios para él y para todo hombre necio:
Job 38:3-3
Prepárate a hacerme frente; yo te cuestionaré, y tú me responderás. ¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!
Job 38:32-35
¿Puedes hacer que las constelaciones salgan a tiempo? ¿Puedes guiar a la Osa Mayor y a la Menor?
¿Conoces las leyes que rigen los cielos? ¿Puedes establecer mi dominio sobre la tierra?
¿Puedes elevar tu voz hasta las nubes para que te cubran aguas torrenciales?
¿Eres tú quien señala el curso de los rayos? ¿Acaso te responden: “Estamos a tus órdenes”?
Dios no ha quedado sin testimonio, es veraz y se ha dado a conocer, hasta humanó a su único hijo para que lo comprendamos, no desde el cielo, sino en la tierra como hombre.
El hombre conoce poco o nada de Dios y su plan de salvación, no porque no ha tenido los medios para hacerlo, sino porque no ha querido hacerlo, y esto encaja al dedillo con una de las dos definiciones que he tomado para necio: Que no sabe lo que debía o podía saber.
El hombre conoce poco o nada de Dios y su plan de salvación, no porque no ha tenido los medios para hacerlo, sino porque no ha querido hacerlo, y esto encaja al dedillo con una de las dos definiciones que he tomado para necio: Que no sabe lo que debía o podía saber.
Romanos 1:19-21
Esa gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado.
Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en puras tonterías y en hacer lo malo.
El silencio de Dios es una clara manisfestación de su amor y paciencia para toda la humanidad. Su aparente lentitud y desvinculación en los asuntos humanos es la prorroga para que todos puedan conocerlo en su bondad antes de que él se de a conocer como juez justo.
2 Pedro 3:9
No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.
No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.
Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.
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