lunes, 18 de julio de 2011

El mundo va tal cual está escrito de el

Vivimos en un mundo convulsivo y erosionante. No estoy hablando de terremotos, maremotos, volcanes, o epidemias contaminantes; estoy hablando de un mundo donde cada quien busca no el bien común, sino su propio bien. En la última década y hasta nuestros días hemos sido testigos del descontento de algunas naciones como Argentina, Méjico, Egipto, Grecia, España. Todos se quejan de que son desatendidos por las autoridades, puestas no para servirse a sí mismas, sino para servir al pueblo.

El dialogo ni la paciencia han dado resultados, y las consecuencias se han dejado sentir: revueltas en las calles en forma de protestas, desórdenes sociales y muertes a granel. Las protestas se levantan contra el espíritu egoísta y de bestia de los que están puestos en eminencia y que no quieren de manera justa equiparar en igualdad para todos.

La historia ha demostrado que las crisis políticas son la triste consecuencia de la corrupción de los gobiernos o las medidas impositivas abusivas en contra de los gobernados. Tristemente, todavía tenemos que depender de los gobiernos.

I) El hombre no podrá hacerlo mejor, sino peor

En otros tiempos fueron Alejandro, Napoleón, Hittler, Stalin, Mussolini, Perón, Pinochet, Somoza, Trujillo. En nuestros días tenemos hombres con el espíritu de esos antecesores de los cuales muchos han tomado sus filosofías disfrazándolas para gobernar a su antojo. El cielo nublado es señal de lluvia, así, y a la luz de la Biblia, puedo saber que el hombre seguirá manteniendo esta conducta, que el hombre no podrá hacerlo mejor, sino peor, que la solución del rumbo del mundo está en las manos de Dios a través de su Hijo Jesús; el mundo va tal cual se ha dicho de él:

Esta lista que se encuentra en (2 TIMOTEO 3:1-5) nos deja ver claramente el carácter del hombre en nuestros días, que se va degradando con el devenir de los tiempos:
  • Egoistas (amadores de sí mismos).
  • Avaros (interesados solamante en ganar mas y mas dinero).
  • Orgullosos (se creen más importantes que los demás).
  • Soberbios (desechan la opinión ajena y andan conforme a sus criterios).
  • Desobedientes a sus padres.
  • Ingratos (malagradecidos).
  • Impíos (sin piedad).
  • Sin afecto natural (incapaces de amar, de actuar a favor del otro).
  • Implacables (crueles y llenos de odio).
  • Intemperantes (violentos e incapaces de dominar sus deseos).
  • Amadores de los deleites más que de Dios.
  • Tendrán apariencia de piedad, pero sus hechos negarán la eficacia de ella.
Todos quieren candidatearse, muestran su mejor cara en los carteles publicatarios, pero ¿cree usted que es para servir o para servirse?, ¿cuántos cree usted que estarían dispuestos a tomar el lebrillo, ponerse la toalla en la cintura y lavarle los pies a las masas (haciendo aquello para los cuales fueron elegidos)? Sin embargo, creemos en sus engaños; y en las promesas de Jesús, aquel que si dejó ejemplo, no creemos ni esperamos en su gobierno justo.

Este comportamiento abusivo y despiadado de los gobernantes está en la Biblia, cuando Israel pidió rey esta fue la advertencia que les hizo Jehová, quien hasta ese entonces los había gobernado. Por medio del profeta Samuel les dice:

Así que hazles caso, pero adviérteles claramente del poder que el rey va a ejercer sobre ellos. (1 SAMUEL 8:9-17).

Les explicó: Esto es lo que hará el rey que va a ejercer el poder sobre ustedes: 
  • Les quitará a sus hijos y los hará comandantes y capitanes, y los pondrá a labrar y a cosechar, y a fabricar armamentos y pertrechos.
  • Les quitará a sus hijas para emplearlas como perfumistas, cocineras y panaderas
  • Se apoderará de sus mejores campos, viñedos y olivares, y se los dará a sus ministros.
  • Les exigirá una décima parte de sus cosechas y vendimias para entregársela a sus funcionarios y ministros.
  • Les quitará sus criados y criadas, y sus mejores bueyes y asnos, de manera que trabajen para él.
  • Les exigirá una décima parte de sus rebaños, y ustedes mismos le servirán como esclavos.
Esto es un presente continuo, yo no me sorprendo de lo que pueda hacer gobierno alguno, Dios lo había vaticinado, el que tenga oído para oír que oiga.

II) El gobierno de Jesucristo

Sin embargo, mi candidato salió a escena como hombre y como hombre sirvió por tres años y medio dejando a todos satisfechos con actos de justicia y misericordia:

Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar. (MARCOS 7:37).

Pero esto solo fue un entremés de lo que es capaz de hacer por la humanidad, porque vuelve nuevamente, no como hombre, sino en naturaleza divina, no por tres años y medio, sino por toda una eternidad, y esta vez viene a acabar de una vez por toda con el pecado, que a su vez genera hombres perversos y egoístas, que a su vez generan injusticia.

Cristo reinará con la iglesia (aquellos que le sirven como su Señor y que creen y aguardan con fe sus promesas) por mil años (milenio, ahora más extendido) sobre la tierra, será un segundo ensayo de su reino eterno donde todos podrán disfrutar de verdadera justicia y paz universal. El gobierno de Cristo no se deberá a FMI (Fondo Monetario Internacional), no arrastrará tras si deuda externa, ni rendirá cuenta a potencia extranjera alguna, tampoco se deberá al clientelismo, elementos que desvirtúan la eficacia de los gobiernos. Su gobierno justo solo se debe al juez justo, misericordioso y compasivo, a su Padre celestial, por lo tanto reinará con justicia, equidad, y con vara de hierro para poner a raya a aquellos subversivos y rebeldes que quieran detener la justicia para saciar su egoísmo.

A Jesús no habrá que hacerle huelga o protesta alguna, porque antes de que clamen ya él habrá oído y respondido.

¿Crees en esto? ¿puedes esperar esto? Si crees verás la gloria de Dios.

III) ¿Mientras tanto qué hacemos?

Sigamos el ejemplo de Jesús, sabía que en la mano de su Padre está el rumbo del mundo, por eso no se inmutó con nada en sus treinta y tres años de vida, eso sí, nunca dejó de obrar con amor y justicia a su alrededor.

Jesús vivió entre injusticia, de hecho el juicio que se le hizo estuvo cargado de falsedad y engaño; vivió bajo el dominio del imperio romano y los gobernadores corruptos Herodes Antipas y Poncio Pilato, sin embargo, Jesús cumplió con todas las obligaciones de su tiempo, y nunca recomendó levantarse en protesta, esta frase lo confirma:

…Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (MATEO 22:15-21).

Jesús fue un servidor social digno de ser imitado y sus acciones iban de la mano con la voluntad de Dios, ganó credibilidad en los cielos y en la tierra. Usted y yo podemos prepararnos para que cuando nos llegue la oportunidad de servir lo hagamos en la misma dismensión llevando alegría en los cielos.

Esto es un llamado abierto a cumplir tanto nuestros compromisos terrenales como con Dios. La Biblia nos llama a respetar a las autoridades civiles y a orar para que Dios les cambie su manera de actuar. Dios es quien quita y pone reyes:

Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. (1 PEDRO 2:13-14).

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. (1 TIMOTEO 2:1-2).

El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. (DANIEL 2:21).

Este artículo no es un llamado a subversión ni a sublevación, si no una reflexión de que Cristo, en medio de hombres perversos lo hizo bien, no porque se rodeara de hombres buenos o capaces, si no porque dependía de Dios quien transforma el interior del hombre y nos mueve, ya no a pensar en nosotros mismos, si no en favor de los demás.

Tenemos que comprender que el hombre sin Dios es insensible de todo afecto e incapacaz de obrar con justicia. Nadie puede dar lo que no tiene, es necesario acudir a la fuente de amor y justicia que es Jehová.

Jesús conocía a los hombres y nunca dejó de confiar en su Padre, en hombre alguno no confió, más a su Padre y a su Dios siempre clamaba, dependía por completo de él:

Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. (JUAN 2:24-25).

¿Qué crees tú que hay en el interior de hombre sino engaño y maldad? ¿Hasta dónde quieres que te lleven para que te convenza? Vuélvete a tu creador el cual tendrá misericordia de ti, los que confían en Jehová no dependen de gobierno, a Jesús no le faltó nunca nada:

El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada. (JUAN 8:29).

¡Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre!

martes, 31 de mayo de 2011

Perfil del necio

"Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Están corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno!" (SALMOS 14:1).

Para desarrollar este artículo he considerado estas dos definiciones del diccionario de la real académia de la lengua española acerca de la palabra "Necio":
  • Terco y porfiado en lo que hace o dice.
  • Que no sabe lo que podía o debía saber.
Generalmente llamamos necio a una persona que molesta, que insiste en mantener una conducta o comportamiento, un pensamiento o idea contrario a la razón común. Es un obstinado, está firme y nadie lo hace cambiar de parecer.

La necedad, que es como se le llama a la acción del necio, es falta de cordura, prudencia. Es no saber actuar en aras de evitar consecuencias trágicas, incluso a sabiendas.

El necio puede estar presente en todos los ámbitos de la vida, se observa en los hogares, en las empresas, en los centros de estudios, en los centros médicos, pero también en las iglesias. En su terquedad, y por experiencia propia, el necio no asimila el consejo, nada lo hará entrar en razón, por un momento pudiera aparentar estar prestando atención, pero esto es otro de sus recursos, a la larga desestimará la recomendación y dará rienda suelta a su rebeldía.

Cualidades del Necio

El necio irrita, enoja, desespera, empuja a tomar decisiones apresuradas; para tratar al necio hay que vestirse de paciencia, por eso Dios resiste al necio porque es rico en paciencia:

Salmos 145:8
El Señor es bueno y compasivo, no se enoja con facilidad y rebosa de fiel amor.

Otra cualidad del necio es que es desafiante. El hombre es necio por naturaleza, ha escogido e insistido vivir sin Dios, su camino de continuo es contrario a  la ley de Dios, en su corazón ha puesto esta afirmación: No hay Dios.

Esta pronunciación a lo interno, más que una referencia al ateísmo, es un claro desafío hacia Dios, es probarlo, tentarlo o provocarlo para que actué conforme él se ha pronunciado, un Dios que castiga al pecador deliberado, que peca a sabiendas.

En su sabiduría terrenal, animal y diabólica, se olvida que Dios no cede a la presión ni es seducido por insinuación (no puede ser tentado):

Mateo 4:7
También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”, le contestó Jesús.

El necio niega o pone en duda que Dios intervenga activamente en los asuntos humanos. En lo más profundo de su ser lo considera ciego, sordo, ausente, tarado (con defecto mental, tonto, loco) a los acontecimientos sobre la tierra. La consecuencia inmediata de esta negación práctica de Dios es una conducta perversa.

La impiedad del hombre empieza en su no relación con Dios, al no hacerlo queda insensibilizado de todo amor, por eso arremete contra su prójimo no considerando a Dios ni considerándose a sí mismo. Recordamos el hermoso pasaje de Mateo 7:12 “Así que, traten a los demás como les gustaría que los traten a ustedes. Ese es el verdadero significado de la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas”.

Conclusiones del Necio acerca de Dios

Habla de manera desmedida y desestima el que Dios pueda escuchar sus palabras necias:
Salmos 59:7
A toda boca dicen barbaridades, de sus labios salen como espadas: "¡Escuche Dios, si puede!"

En su criterio Dios permanece escondido, es lento y no se sabe nada de él:
Isaías 5:19
Ellos dicen: «Que Dios se apure, que haga su obra rápido, para que veamos qué es lo que hace. Que el plan del Santo de Israel se cumpla pronto para que podamos conocerlo».

El éxito de su mal obrar es su confianza y la seguridad de su permanencia:
Salmos 10:6
Dice en su corazón: «No caeré jamás; nunca me alcanzará la desgracia».

Está completamente seguro que Dios no tiene memoria, y que es ciego:
Salmos 10:11
Dice en su corazón: «Dios lo olvida; cubre su rostro, nunca ve nada».

Pone en duda que Dios lleve a cabo su plan de Justicia y juicio sobre la humanidad:
Salmos 10:13
¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: «Tú no habrás de pedir cuentas».

Sin embargo, a pesar de todas sus conclusiones, Dios tiene la última palabra, popularmente hablando “el que ríe de último, ríe mejor”:
Salmos 59:8
Más tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones.

La repuesta de Dios para el Necio

La consecuencia de proferir esta palabra necia “No hay Dios” se deja saber al instante en la parte b del Salmos 14:1: "Están corrompidos, su obras son detestables; ¡no hay quien haga lo bueno!”. Este es el "tú me dices, yo te digo" entre el necio y Dios. Es como si el hombre necio emitiera su juicio acerca de Dios, y luego Dios le hace saber al necio el fruto de su “aparente” sabia conclusión.

Estar corrompido es como pensar en un refrigerador cerrado lleno de carne sin recibir energía eléctrica durante siete dias. Al abrirlo, el edor y la putrefacción es tan detestable y desagradable que mejor sería desacernos, no solo de la carne, sino también del refrigerador. Así es delante de Dios todo el que desestima su sabia recomendación de estar en paz con él.

Job, en sus calamidades y sufrimientos, trataba de buscar repuesta. Reconociéndose a sí mismo justo delante de Dios (y realmente lo era, la Biblia dice que era recto y de conducta intachable), era inconcebible para él estar atravesando por tantas dificultades. Pero la Biblia expresa que así como los cielos son más altos que la tierra, así son los pensamientos de Dios, más altos que los de los hombres; el tanto razonamiento humano de Job por entender su situación lo estaba llevando a caer en la categoría de necio, y esta es la repuesta de Dios para él y para todo hombre necio:

Job 38:3-3
Prepárate a hacerme frente; yo te cuestionaré, y tú me responderás. ¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!

Job 38:32-35
¿Puedes hacer que las constelaciones salgan a tiempo? ¿Puedes guiar a la Osa Mayor y a la Menor?
¿Conoces las leyes que rigen los cielos? ¿Puedes establecer mi dominio sobre la tierra?
¿Puedes elevar tu voz hasta las nubes para que te cubran aguas torrenciales?
¿Eres tú quien señala el curso de los rayos? ¿Acaso te responden: “Estamos a tus órdenes”?

Dios no ha quedado sin testimonio, es veraz y se ha dado a conocer, hasta humanó a su único hijo para que lo comprendamos, no desde el cielo, sino en la tierra como hombre.

El hombre conoce poco o nada de Dios y su plan de salvación, no porque no ha tenido los medios para hacerlo, sino porque no ha querido hacerlo, y esto encaja al dedillo con una de las dos definiciones que he tomado para necio: Que no sabe lo que debía o podía saber.

Romanos 1:19-21
Esa gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado.
Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en puras tonterías y en hacer lo malo.

El silencio de Dios es una clara manisfestación de su amor y paciencia para toda la humanidad. Su aparente lentitud y desvinculación en los asuntos humanos es la prorroga para que todos puedan conocerlo en su bondad antes de que él se de a conocer como juez justo.

2 Pedro 3:9
No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.

Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.

miércoles, 13 de abril de 2011

El ser racional y agradecido no es circunstancial

“Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (JOB 1:1).

Bonitas palabras para describir a una persona; sin importar lo que se aprecie desde afuera, en el plano espiritual, lo que realmente tiene importancia es lo interno.
De quien se habla en este pasaje lleva por nombre Job del hebreo Iyyob (“¿dónde está mi Padre?” o “perseguido [aborrecido]”); lo cierto es que ambas traducciones al español reflejan sus padecimientos, uno apela a la justicia de Dios para librarlo de su aflicción, el otro pone de manifiesto la obra de Satanás hacia su persona por destruirlo.

La Biblia dice en el capítulo 1 versos 2 y 3 del mismo libro que lleva su nombre, que Job era hombre bien posicionado económicamente, a tal punto que no había otro en oriente que lo igualara, sin embargo, eso no hacía que confiara en sí mismo para considerarse autosuficiente y llegar a pensar que no necesitara a Dios, sino que en Jehová ponía su confianza y le rendía adoración y culto, no solo por él, sino incluso rendía homenaje a Dios en nombre de sus hijos.

El prejuicio equivocado de Satanás hacia Job

Así que Dios quería resaltar estos puntos brillantes en Job, no muy común en toda la historia de la humanidad, ¿y ante quién mejor para darlos a conocer que ante el patrón (jefe) de toda la humanidad rebelde, Satanás?, quien tenía un prejuicio equivocado de Job.

Es importante que usted y yo sepamos que a pesar de que Satanás ejerce influencia sobre la humanidad para que se oponga a la voluntad de Dios, solo Dios (Jehová [1 Reyes 14:2-6], Jesús [Juan 2:23-24] y el Espíritu Santo [Hechos 5:1-4]) conoce lo que hay en el interior del hombre. En su “juzgar” equivocado, Satanás le atribuía la fidelidad de Job hacia Jehová a los bienes materiales que poseía:

“Respondiendo Satanás a Jehová dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes has aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás sino blasfemia contra ti en tu misma presencia” (JOB 1:9-11).

Al parecer una apreciación lógica, sin embargo errónea; pero como este ser rebelde no conoce el interior del hombre no comprende que “el ser racional y agradecido no es circunstancial”. El apóstol Pablo lo expresaba de esta manera:

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada?” (ROMANOS 8:35).

El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (MATEO 4:4).

“Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá” (SALMOS 27:10).

“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación" (HABACUC 3:17-18).

Lo cierto es que tal como lo dicen estos grandes hombres de fe, nuestra fidelidad hacia Dios no debe depender de circunstancias, sino del reconocimiento de que lo que somos y tenemos lo debemos a él que nos ama a pesar de que a diario le fallamos, y que no importa en qué etapa de nuestra vida decidamos darle el frente, él no nos rechaza.

Dios podía confiar en Job

Dios podía confiar en Job porque había dicho de él que era:
   • Varón perfecto: esto es maduro, completo, de buen juicio.
   • Recto: esto es justo, inclinado a lo éticamente bueno.
   • Temeroso de Dios: esto es que honra y respeta a Dios.
   • Apartado del mal: esto es lejos de actuar de tal manera que ofenda a Dios.

Dios permite que Satanás azote a Job quitándole todas sus posesiones, incluidos sus diez hijos, sin embargo Job permanece integro en la fidelidad a Dios y no le atribuye culpa alguna. Esto sepulta el prejuicio del materialismo como apoyo para servir a Dios de la mente de Satanás, pero surge en su mente imperfecta una nueva asociación entre Job y Dios: La salud.

Vemos un Satanás desconcertante dando palos a ciega; tócalo es la repuesta de Jehová, pero consérvale la vida, es decir, no lo mates; esto es para que quede el testimonio de que en las peores de las calamidades físicas se puede esperar en Dios y hacer justo reconocimiento de su voluntad; de lo contrario, muerto Job no hubiésemos visto su restauración y el testimonio de Jehová a su favor.

Dios le deja ver a Satanás una de sus joyas preciosas en Job con estas palabras:“No hay otro como él en la tierra, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinare sin causa”.

Que gratificante fuera si Dios pudiera reconocer en nosotros, así como en Job, un ser con valores y principios éticos que le motiven a ponernos en las peores de las pruebas, consciente de que no le vamos a fallar. Job fue hombre sujeto a pasiones como usted y como yo, su determinación en honrar a Dios es la diferencia.

Se puede como hombre agradar a Dios, Jesús lo hizo y nos dejó el ejemplo, sigamos sus pasos y su fe.

Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.

martes, 18 de enero de 2011

Cómo obtengo la ciudadanía celestial

En esta ocasión les hablaré de ciudadanía, aunque no sea experto en migración, y para ello me apoyaré en este verso bíblico:

“En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20).

El proceso de naturalización extranjera
Lo primero que hay que tener en cuenta es que para poder ingresar a un territorio del cual no somos naturales hay que hacerlo apegándonos a las normas propias del territorio de nuestro interés.

Por ejemplo, para ingresar a los Estados Unidos de América hay que solicitar una visa, sea de visitante/turista (B-1, B2) o de trabajo (H-1, L-1) entre otras, de lo contrario estaríamos haciendo entrada ilegal o fraudulenta, lo cual en términos humanos es posible.

Luego para hacernos residentes y consecuentes ciudadanos hay que completar una serie de requisitos propio de la nación a la que queremos jugar lealtad para de paso gozar de los beneficios que nos brinda. Toda ciudadanía es obtenida por intermediarios, para las terrenales están los matrimonios, empleadores, parientes, entre otros; para la celestial solo hay una opción, Jesucristo.

Concretizar “el sueño americano” conlleva muchos sacrificios, en ocasiones inimaginables, sin embargo muchos están dispuesto a intentarlo haciendo honor al refrán “uno por su mejoría hasta su casa dejaría”. Te aseguro que nadie se embarca en una travesía como esta para obtener la ciudadanía de una nación de peor estatus que la suya, es imposible pensarlo.

La ciudadanía celestial no es diferente, conlleva ser paciente y persistente para obtenerla conforme a la recomendación del cónsul que la otorga, Jesucristo. La palabra “el que venciere” en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis aparece siete veces acompañadas con varias promesas, una para cada iglesia tratada en esos capítulos. Les dejo estas recomendaciones muy serias:

“Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mateo 24:13).
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor” (Mateo 24:42).
“Con vuestras paciencia ganaréis vuestras almas” (Lucas 21:19).


El reino de los cielos es semejante a…
Atendiendo a que la Biblia enseña que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios no nos sorprende ver que el cielo es visto como una nación con muchos atractivos que codiciar, sobre todo con un gobierno justo. Si muchos anhelan tener la eficiencia en todos los sentidos de una nación más desarrollada que la nuestra y hasta desearían trasladarse hacia allá, también deberían anhelar la mejor de todas las ciudades, la celestial.

Toda ciudadanía lleva consigo la idea de un gobierno, de un reino, de ahí la mención de Jesús “el reino de los cielos es semejante a…” cabe destacar que los que desean jurar fidelidad a una nación extranjera están dispuestos a ser fieles al gobierno de dicha nación, así los interesados en la ciudadanía celestial estamos dispuestos a someternos al gobierno justo de Jesucristo.

Dios quiere que el hombre lo comprenda, por eso humanó a su Hijo para que habitara entre los hombres, se comportara como hombre, le hablara como hombre y padeciera como hombre.

La mejor de las ciudadanías
En la ciudad de Filipo había dos grupos de cristianos, los que eran nacionales israelitas y los griegos. El primer grupo conforme a esta cita:

“Porque tú eres pueblo santo para Jehová, tu Dios; Jehová, tu Dios, te ha escogido para que le seas un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra” (Deuteronomio 7:6).

Se sentían orgullosos de ser naturales del pueblo que Dios había escogido y les exigían a los griegos, extranjeros para los israelitas, aunque convertidos al cristianismo, circuncidarse como requisitos para que también pasaren a ser ciudadanos israelíes:

“A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje” (Génesis 17:12).

A pesar de que Pablo había corregido el hecho de que a todo cristiano le es otorgada la ciudadanía de Israel ya que también es considerado parte del pueblo de Dios:

“En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Cristo Jesus, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (Efesios 2:12-13).


Por su parte los naturales de Filipos fueron sometidos a Roma desde el año 167 a.C., a partir del 31 a.C., con la categoría de colonia y por disposición del césar Octavio Augusto, gozaron de los privilegios y derechos que las leyes del imperio otorgaban a las ciudades romanas, por lo tanto
tenían también de qué sentirse orgulloso.

A su vez el apóstol Pablo gozaba de ambos
ciudadanías, la de Israel así como la de Roma y ambas de nacimiento. Tenía mucho de que gloriarse en términos humanos, sin embargo les recuerda a ambos grupos que todo lo tenía por “basura” con tal de ganar a Cristo y de paso la ciudadanía celestial que él ofrece. Pablo estaba consciente de tal galardón, pero al parecer la comunidad de cristianos de Filipos estaba inocente de la buena nueva, por eso la oportuna mención de Pablo:

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20).


Cómo hacerse ciudadano celestial
Lo cierto es que ningún ser humano es natural del cielo, para llegar al cielo hay que pasar por el proceso de naturalización por medio del cual se te otorga la visa, residencia y la ciudadanía al interesado para que goces de los privilegios (derechos y deberes) codiciados.

La gran diferencia es que la ciudadanía celestial no se puede obtener de manera fraudulenta porque el cónsul celestial no puede ser burlado ya que conoce nuestras intenciones antes de que suban a nuestro corazón. Para entrar a la nación celestial solo hay un camino, "Jesús", y unas normas celestiales a las cuales ajustarse, "la Biblia". No hay viajes en yolas, matrimonios arreglados, machetes o documentos falsificados, polizones, manipulaciones ni sobornos.

¿Qué hará Dios muy pronto con los que en este tiempo creen y obedecen su Palabra?
“Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo que existía antes ya desapareció" (Apocalipsis 21:4).

Todos tenemos la misma oportunidad, no la desprecie.

Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sean contigo hoy y siempre.


Creditos: http://www.aaalawyer.com/spanish/ciudadano.htm, http://www.abogados-de-inmigracion.com