martes, 3 de noviembre de 2009

Cerebro o Corazón

Para los que creen que Dios es el creador del hombre, como yo, entendemos que nadie mejor que él para conocer y valorar cada una de sus partes, tanto externas como internas. Desde hace un tiempo vengo observando cómo los entendidos de la ciencia y los que realzan el humanismo del hombre le dan suma importancia a una parte del ser humano, aún después de muerto, y esta parte es su “cerebro”, el cual es tomado para ser indagado en busca del por qué de la brillantez según "los aportes a la humanidad" de tal personaje; tales personajes son llamados “Mentes Brillantes”.

Mucho se habla de Albert Einstein por su “cerebro”, pero nada se dice del “corazón” del rey David, que de acuerdo a la biblia era conforme al corazón de Dios, o que tal del “cerebro” y del “corazón” de Jesús, más íntegro que el de cualquier ser humano, otorgando vida y sanidad con sus acciones. De esto nada se menciona.

Mientras nuestro enfoque humano limitado nos dice que lo que debe ser admirado y valorado es el “cerebro”, desde el punto de vista bíblico no es así, esta parte la ocupa "el corazón”:

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. (PROVERBIOS 4:23)”.

Dios nos deja un enfoque claro, tan claro que hasta llevándolo al plano clínico encontramos explicación lógica a esta mención: Si se detiene el corazón se detiene la vida. El cerebro no deja de ser una parte importantísima de nuestro organismo, y su estructura y funcionalidad tan compleja, ha sido difícil reproducirla de manera artificial, no así el corazón, a pesar de todo, me llama la atención que no sea mencionado en todo lo relativo a la estrecha relación Dios-hombre presentada en la biblia.

Tal vez te estarás contestando que la ciencia ha avanzado mucho desde aquel entonces, si eres de los que te apoyas en esta afirmación te digo: Dios es la ciencia, él es omnisciente. Fíjate en estas afirmaciones por su palabra:

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mi caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos (ISAIAS 55:8-9)”.

“¿Porque quien entendió la mente del Señor? ¿O quien fue su consejero? ¿O quien le dio a él primero para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para el son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén (ROMANOS 11:34-36)”.

Aquí te dejo unas citas bíblicas donde se realzan cualidades provenientes del corazón y muy consideradas por Dios:

Del corazón sale la intención de acercarse o alejarse de Dios:
“Respondiendo él les dijo: Hipócritas, bien profetizo de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mi (MARCOS 7:6)”.

Del corazón del hombre sale todo lo que lo contamina:
“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen y contaminan al hombre (MARCOS 7:21-23)”.

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal (GENESIS 6:5)”.

Hablamos de lo que tenemos en nuestro corazón:
“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca (LUCAS 6:45)”.

Es en el corazón donde se aloja la palabra de Dios:
“Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino (MATEO 13:19)”.

Para recibir al Señor, nuestro corazón debe ser sensibilizado:
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne (EZEQUIEL 36:26)”.

Nuestro olvido hacia Dios le produce dolor en su corazón:
“Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón (GENESIS 6:60)”.

Con el corazón se cree para justicia (absuelto de toda culpa):
"Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación (Romanos 10:10)".

Analiza estas simples ecuaciones (igualdades):
Cerebro = Inteligencia, sabiduría
Corazón = Sentimientos

Acerca de los componentes de la segunda ecuación hemos hablado bastante, pero ¿que podemos encontrar bíblicamente acerca de la segunda? Veamos:

"El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; ¡su loor permanece para siempre! (SALMOS 111:10)".

Y dijo al hombre: El temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia (JOB 28:28)".

En definitiva, por el "cerebro" o por "el corazón", somos invitados a un acercamiento hacia Dios.

Ahora que ya sabes todas estas verdades, entrega tu vida a Cristo. A Dios no le interesa si eres inteligente o del vulgo, a él solo le interesa tu corazón, y que empieces a dar frutos dignos de arrepentimiento.

Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.

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