martes, 17 de noviembre de 2009

¿Trigo o Cizaña, cual eres tú?

La base bíblica de este artículo se encuentra en MATEO 13:24-30, “La parábola del trigo y la cizaña”, la cual te invito a que tomes el tiempo de leerla.

Empecemos definiendo estos términos:
Trigo: gramínea familiar y básica cultivada en tierras bíblicas desde tiempos inmemorables, particularmente en Egipto, considerado el granero del Mediterráneo. El grano se molía para hacer harina y pan; como ocurre con otras semillas, se lo tostaba, o se lo aplastaba y se usaba como alimento.

Cizaña: arbusto que se parece mucho al trigo hasta que desarrolla la espiga, su semilla es venenosa para el hombre y animales herbívoros, pero no para las aves; crece espontáneamente en los sembrados y es muy difícil de extirpar.

Si leíste la enseñanza te habrás dado cuenta que Jesús, interesado siempre en que el hombre entienda cual es el propósito de su vida en esta tierra, quiso resaltar como nos ve y que espera Dios de nosotros. Utilizando elementos comunes y de fácil asimilación presenta esta interesante comparación donde siempre, siempre, debemos ocupar el lugar del trigo y producir para el sembrador el fruto que justifique nuestra permanencia en el campo, porque de lo contrario seremos arrancados y nuestro espacio cedido a otro arbusto que no vaya a esterilizar la tierra.

Es como si Jesús pusiera de manifiesto nuevamente el principio de todas las cosas, cuando Dios crea al hombre y lo pone en el huerto del Edén, donde súbitamente aparece Satanás deteriorando la obra perfecta de Dios. Dios pudo desde un principio extraer lo que dañaba al hombre, tal como le piden los segadores de la parábola hacer con la cizaña, pero no fue así, sino que quiso darle la oportunidad de que en medio de la maleza diera buenos frutos.

Ya que como hombre sabemos distinguir entre lo bueno y lo malo, es tiempo de que venzamos con el bien el mal, pero lo que ha sucedido a través de la historia es que somos marionetas “del enemigo” y por más que nos orientan, parecemos bestias sin entendimiento que nos dirigimos al despeñadero.


“Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia (SALMOS 32:10)”.

Como “la semilla”, somos sembrados en “el campo” con la finalidad de que en el tiempo de la siega "los segadores" pueda encontrar frutos en nosotros, no para que nos dejemos ahogar por "la cizaña" que cohabita juntamente con nosotros y que finalmente será arrancada y echada al fuego.

Termino apelando al título del artículo: “¿Trigo o cizaña, cual eres tú?”

Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.

1 comentario:

  1. hola mi hemano.. Bendiciones.. es muy cierto lo que tu escribes, pero que triste es ver que hoy en el pueblo de DIOS es mas la cizaña que el trigo.. sigue publicando mas sobre este tema para que el Espiritu Santo redarguya los corazones y DIOS tenga misericordia de ellos

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