“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (ISAIAS 55:5)”.
“El castigo de nuestra paz”, ¿qué significa esta paz acompañada de castigo? ¿Se refiere a la paz o tranquilidad que experimentamos al saldar nuestras deudas, al terminar una relación con una persona fastidiosa, al ver que un hijo enfermo ha sanado? No, es más profundo, se refiere a la reconciliación realizada por medio del sufrimiento de Jesús en la cruz para que la relación Dios-hombre quede restablecida. Eso que te mencionaba anteriormente y que experimentamos, es la paz que ofrece el mundo, que es transitoria, que no perdura.
De acuerdo al diccionario español la definición de paz es: Situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentada. Así queda claro que entre Dios y el hombre transgresor y pecador no hay armonía, por lo tanto no hay paz, ya que paz es ausencia de conflicto. Veamos que dice la biblia acerca de cuál es la realidad del hombre pecador con Dios:
“Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días (SALMOS 7:11)”.
Si está airado, entonces no hay paz.
Recordemos cómo describe la biblia que era la relación Dios-hombre al principio, en el huerto del edén, cómo Dios se paseaba por el huerto y visitaba a Adán, y este Adán no tenía temor de recibir a Dios hasta que entró el pecado en él, y ya se escondía de Dios, al romperse la armonía, el hombre fue arrojado de la presencia de Dios, hasta que por medio de la sangre de Jesús podemos restablecer esa relación perdida.
Cada uno de nosotros debería pagar por nuestra paz con Dios, sí, porque cada uno de nosotros nos hemos hecho transgresor ante Dios, y el precio a pagar por nuestra paz serían los mismos azotes con que fue castigado Jesús, pero él, por amor, opto por hacerlo en lugar nuestro.
Mantén siempre estas palabras en tu mente: El castigo de NUESTRA PAZ fue sobre él. Ahora nuestra paz con Dios no es con azotes, ahora es por el creer, por la fe. Mira como lo dice la biblia:
“Justificado, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (ROMANOS 5:1)”.
Aclarando un poco las cosas, justificado es sinónimo de ser declarado inocente, aceptado por Dios. No te confundas, esto no es automático, no porque él haya muerto ya TODOS somos declarados inocentes, no, solo los que aceptan el sacrificio de Jesús como el medio de acercarse a Dios son justificados, los que se niegan a los deseos carnales y viven una vida agradable ante Dios y los hombres, dando frutos digno de arrepentimiento.
Entiendes, mientras vivas de espaldas a Dios, envueltos en la vanidad de tu mente, Dios está airado contigo todos los días, pero si acepta el sacrificio de su Hijo en la cruz del calvario, eres declarado en paz, justificado ante Dios.
Gracias Jesús porque tú, por amor y gracia, pagaste el precio de mi paz, de mi reconciliación ante Dios.
Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.
“El castigo de nuestra paz”, ¿qué significa esta paz acompañada de castigo? ¿Se refiere a la paz o tranquilidad que experimentamos al saldar nuestras deudas, al terminar una relación con una persona fastidiosa, al ver que un hijo enfermo ha sanado? No, es más profundo, se refiere a la reconciliación realizada por medio del sufrimiento de Jesús en la cruz para que la relación Dios-hombre quede restablecida. Eso que te mencionaba anteriormente y que experimentamos, es la paz que ofrece el mundo, que es transitoria, que no perdura.
De acuerdo al diccionario español la definición de paz es: Situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentada. Así queda claro que entre Dios y el hombre transgresor y pecador no hay armonía, por lo tanto no hay paz, ya que paz es ausencia de conflicto. Veamos que dice la biblia acerca de cuál es la realidad del hombre pecador con Dios:
“Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días (SALMOS 7:11)”.
Si está airado, entonces no hay paz.
Recordemos cómo describe la biblia que era la relación Dios-hombre al principio, en el huerto del edén, cómo Dios se paseaba por el huerto y visitaba a Adán, y este Adán no tenía temor de recibir a Dios hasta que entró el pecado en él, y ya se escondía de Dios, al romperse la armonía, el hombre fue arrojado de la presencia de Dios, hasta que por medio de la sangre de Jesús podemos restablecer esa relación perdida.
Cada uno de nosotros debería pagar por nuestra paz con Dios, sí, porque cada uno de nosotros nos hemos hecho transgresor ante Dios, y el precio a pagar por nuestra paz serían los mismos azotes con que fue castigado Jesús, pero él, por amor, opto por hacerlo en lugar nuestro.
Mantén siempre estas palabras en tu mente: El castigo de NUESTRA PAZ fue sobre él. Ahora nuestra paz con Dios no es con azotes, ahora es por el creer, por la fe. Mira como lo dice la biblia:
“Justificado, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (ROMANOS 5:1)”.
Aclarando un poco las cosas, justificado es sinónimo de ser declarado inocente, aceptado por Dios. No te confundas, esto no es automático, no porque él haya muerto ya TODOS somos declarados inocentes, no, solo los que aceptan el sacrificio de Jesús como el medio de acercarse a Dios son justificados, los que se niegan a los deseos carnales y viven una vida agradable ante Dios y los hombres, dando frutos digno de arrepentimiento.
Entiendes, mientras vivas de espaldas a Dios, envueltos en la vanidad de tu mente, Dios está airado contigo todos los días, pero si acepta el sacrificio de su Hijo en la cruz del calvario, eres declarado en paz, justificado ante Dios.
Gracias Jesús porque tú, por amor y gracia, pagaste el precio de mi paz, de mi reconciliación ante Dios.
Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.
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