En la vida del hombre, Jesús, con su obra redentora en la cruz del calvario, actúa con superioridad sobre cualquier póliza de seguro a las que comúnmente acudimos buscando salvaguardar algo de valor ante una posible eventualidad inesperada.
"Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (MATEO 16:26)".
Una póliza de seguro, por definición, es el medio por el cual el asegurador se obliga, mediante el cobro de una prima, a resarcir un daño o a pagar una suma de dinero al verificarse la eventualidad prevista en el contrato. La póliza de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si existe interés asegurable, salvo prohibición expresa de la ley.
Generalmente, los términos utilizados en el lenguaje de seguro son:
- Asegurador: la persona jurídica que constituida con arreglo a lo dispuesto por la legislación correspondiente, se dedica a asumir riesgos ajenos, cumpliendo lo que a este efecto establece aquella legislación, mediante la percepción de un cierto precio llamado prima.
- Tomador: Es la persona que contrata el seguro al asegurador, y se obliga al pago de la prima. Frecuentemente es también el asegurado.
- Asegurado: es el titular del área de interés que la cobertura del seguro concierne, y del derecho a la indemnización que en su día se satisfaga que, en ciertos casos, puede trasladarse al beneficiario. Es la persona natural o jurídica a quien el acaecimiento del siniestro va a afectarle más directamente. En definitiva, es aquel sobre cuya cabeza o bienes van a recaer las consecuencias del siniestro. No necesariamente tiene que ser el mismo tomador.
- Beneficiario: es la persona que va a recibir la utilidad del seguro cuando se produzca el hecho contemplado en el mismo (sin ser asegurado). Es aquel sobre quien recaen los beneficios de la póliza pactada, por voluntad expresa del tomador. La designación del beneficiario responde a unos planteamientos de previsión que corresponden a los seguros de carácter personal, de manera especial a los seguros de vida y accidentes, para el caso de muerte del asegurado.
- Riesgo: Es un evento posible, incierto y futuro, capaz de ocasionar un daño del cual surja una necesidad patrimonial. El acontecimiento debe ser posible, porque de otro modo no existiría inseguridad. Lo imposible no origina riesgo. Debe ser incierto, porque si necesariamente va a ocurrir, nadie asumiría la obligación de repararlo. Sin riesgo no puede haber seguro, porque al faltar la posibilidad de que se produzca el evento dañoso, ni podrá existir daño ni cabrá pensar en indemnización alguna.
- Interés Asegurable: es la relación lícita de valor económico sobre un bien. Cuando esta relación se halla amenazada por un riesgo, es un interés asegurable. En general se pueden asegurar todas las cosas corporales (coches, viviendas, negocios, etc.) e incorporales (perjuicios económicos, paralización de actividad, etc.), además se puede asegurar la vida y el patrimonio.
- Cobertura: compromiso aceptado por un asegurador en virtud del cual se hace cargo, hasta el límite de la suma asegurada, de las consecuencias económicas que se deriven de un siniestro.
- Siniestro: es la ocurrencia del suceso amparado en la póliza de seguros, comenzando las obligaciones a cargo del asegurador. Las mismas en la mayor parte de los casos es el pago de una cantidad de dinero, pudiendo tratarse también de una prestación de servicios, asistencia médica, jurídica, reparación de un daño, etc.
- Prima: Es el costo del seguro, que establece una compañía de seguros calculada sobre la base de cálculos actuariales y estadísticos teniendo en cuenta la frecuencia y severidad en la ocurrencia de eventos similares, la historia misma de eventos ocurridos al cliente, y excluyendo los gastos internos o externos que tenga dicha aseguradora.
Durante la vigencia de la póliza de seguro la aseguradora se pasa todo el tiempo con “los dedos cruzados” esperando que nada acontezca para librase de la indemnización, y claro está, un reporte de siniestro de parte del asegurado afecta la prima del tomador en su próxima renovación, es decir, existe un interés marcado de “ganar – ganar” de parte de la aseguradora.
Tenemos suficiente elementos para traer una breve enseñanza espiritual. Jesús ocupa los roles del asegurador y tomador, como asegurador dará justa retribución (indemnización) a todo hombre por sus hechos, como tomador pagó un alto precio (prima) en la cruz del calvario para asegurar a todo el que se acerque a él:
1 - “Pues habéis sido comprado por precio; glorificad pues a Dios, en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 CORINTIOS 6:10)”.
2 - “Por precio fuisteis comprados, no os hagáis esclavos de los hombres (1 CORINTIOS 7:23)”.
El hombre es el asegurado y beneficiario de esa póliza de seguro que se llama “salvación”, solo que contrario a las aseguradoras, Jesús asegura lo más preciado y valorado de todo hombre, el alma, y lo hace sin condición ni clausulas ventajosas, todo lo que Jesús hizo es para beneficio del asegurado y beneficiario, tan pronto el hombre acepta el contrato no hay caducidad, y lo más importante, no existe prima a pagar por esa póliza de seguro, porque ya él pagó un alto precio.
El interés asegurable es la vida del hombre representada por nuestra parte intangible (espíritu y alma) que es lo que verdaderamente le importa a Dios.
Los riegos son la muerte fisíca del hombre o la venida de Jesús para acabar con toda maldad e injusticia terrenal, ya que son sucesos inciertos desde el punto de vista de que no sabemos cuándo sucederán.
El siniestro es el momento cuando nos sorprende la muerte como una realidad o ese grandioso momento cuando Jesús se manifieste con su Gloria en las nubes para buscar a su pueblo y dar muerte a los incrédulos.
Algo a destacar es que con las pólizas de seguros tradicionales puede haber hasta tres personas involucradas totalmente distintas (tomador, asegurado y beneficiario), y finalmente solo el beneficiario recibe la indemnización. Con la póliza de seguro “Salvación” el que la toma es el que recibe la indemnización porque la relación con Dios es individual.
¿Atractivo verdad? Sin embargo pocos se interesan por echar mano a esa póliza de seguro. El mensaje de salvación ha sido sencillo desde tiempos remotos: Aceptar el sacrificio de Jesús para perdón de pecado y modificar nuestro estilo de vida de acuerdo a los estándares establecidos en la Biblia.
Que triste es ver como valoramos cosas perecederas y hasta estamos dispuestos a pagar por probabilidades, pero perdemos de vista lo mas preciado que tenemos y hasta rechazamos una póliza de seguro con una cobertura enorme, sin caducidad, y libre de costo.
Que la paz y la gracia del Señor Jesucristo sea contigo hoy y siempre.
Excelente Gregorio como los anteriores articulos, Que el Dios de la Gloria te siga guiando y bendiciendo.
ResponderEliminarTu Amiga y Hermana en Cristo Clarivel